El Banco Mundial en uno de los informe de este año argumenta que el crecimiento económico de África al sur del Sahara continúa recuperándose de manera continua. Se espera que llegue a 3,1 % en 2018, y promedie 3,6 % en el periodo 2019-2020. Sin embargo, este moderado crecimiento sigue siendo desigual, con diferencias importantes entre los países.
Entre las economías más grandes de la región, la recuperación más lenta de lo esperado del sector petrolero y los desafíos constantes en los sectores industriales no relacionados con el petróleo influirán en la actividad económica en Nigeria. Las proyecciones de crecimiento para Angola y Sudáfrica se han revisado ligeramente al alza, sobre la base de las expectativas que la reducción de la inflación y un clima favorable ayudarán a sostener la recuperación actual de la demanda interna, en particular la demanda de inversión. Sin embargo, aunque la transición política ha brindado oportunidades de reformas en Angola y Sudáfrica, es probable que la implementación de estas reformas sea gradual y se recomiendan previsiones de crecimiento conservadoras para estos países
Entre las economías más grandes de la región, la recuperación más lenta de lo esperado del sector petrolero y los desafíos constantes en los sectores industriales no relacionados con el petróleo influirán en la actividad económica en Nigeria. Las proyecciones de crecimiento para Angola y Sudáfrica se han revisado ligeramente al alza, sobre la base de las expectativas que la reducción de la inflación y un clima favorable ayudarán a sostener la recuperación actual de la demanda interna, en particular la demanda de inversión. Sin embargo, aunque la transición política ha brindado oportunidades de reformas en Angola y Sudáfrica, es probable que la implementación de estas reformas sea gradual y se recomiendan previsiones de crecimiento conservadoras para estos países.
Para los exportadores de petróleo de la Comunidad Económica y Monetaria de África Central (CEMAC), la recuperación será más lenta de lo esperado a medida que siguen ajustándose a los altos niveles de deuda y la disminución de los amortiguadores externos.
Entre los países que no requieren gran cantidad de recursos, se espera que la actividad en 2018 y 2019-2020 continúe dando frutos. En la Unión Económica y Monetaria del África Occidental (UEMAO) se seguirá observando un sólido crecimiento, apoyado por inversiones en infraestructura y liderado por Costa de Marfil y Senegal. Hay mejores perspectivas de crecimiento en la mayor parte de África oriental debido al desarrollo agrícola tras las sequías y el repunte del crédito del sector privado. Etiopía seguirá registrando el mayor crecimiento de la región ya que el Gobierno continúa llevando a cabo inversiones en infraestructura.
Sin embargo, persisten muchos desafíos. Los niveles de deuda pública están aumentando, lo que podría poner en peligro la sostenibilidad de la deuda en algunos países; la disponibilidad de buenos empleos no coincide con la cantidad de nuevos participantes en la fuerza laboral, y la pobreza es generalizada. Si bien en 2018 el crecimiento del producto interno bruto (PIB) per cápita de la región será positivo, aún es insuficiente para reducir la pobreza de manera significativa. Las proyecciones indican que la tasa de recuento de la pobreza según la línea de pobreza internacional de USD 1,90 al día en PPA de 2011 solo disminuirá ligeramente.
La estrategia del Grupo Banco Mundial para la región de África se basa en las oportunidades de crecimiento y de reducción de la pobreza para apoyar una transformación estructural, la diversificación económica y la inclusión en el nuevo marco de financiamiento para el desarrollo. La región está formada por países de ingreso bajo, mediano bajo, mediano alto y alto, 18 de los cuales se consideran Estados frágiles y afectados por conflictos. En África también hay 13 Estados pequeños, que se caracterizan por tener una población pequeña, escaso capital humano y una superficie terrestre limitada.
El Banco Mundial responde a esta diversidad, proporcionando una amplia variedad de instrumentos tanto tradicionales como innovadores, que han sido adaptados a las necesidades de los distintos países.
La estrategia se centra en las siguientes esferas de prioridad:
Productividad agrícola: existe una necesidad constante de aumentar e impulsar la productividad y la producción agrícola en África. Es fundamental apoyar a los pequeños agricultores mediante inversiones en nuevas tecnologías, servicios financieros rurales y mejor acceso a los mercados. Es importante también impulsar las inversiones en la agroindustria y mejorar la gestión de la tierra y el agua mediante la adopción de prácticas de riego modernas; prevenir los conflictos debido a los recursos hídricos, e implementar soluciones agrícolas climáticamente inteligentes.
Energía asequible y confiable: aumentar el acceso a energía asequible, confiable y sostenible es un objetivo primordial de la labor del Banco Mundial en África, ya que el suministro de electricidad deficiente sigue siendo el mayor obstáculo en materia de infraestructura. Gracias a los esfuerzos concertados del Grupo Banco Mundial, la mayor parte de la generación de energía en África está en manos del sector privado y se gestiona de manera ecológica. Aprovechando al máximo el enfoque de financiamiento para el desarrollo, hasta ahora el Banco ha movilizado más de USD 2000 millones en inversión privada en Kenya y alrededor de USD 1000 millones en Camerún.
Cambio climático: es probable que los pobres sean los más afectados por el cambio climático en África, en particular debido a los cambios de la temperatura y los regímenes de precipitaciones. Por ello, sigue siendo una máxima prioridad invertir en técnicas de adaptación al cambio climático y en gestión del riesgo de desastres. Con el objetivo de crear resiliencia climática, los países necesitarán ayuda tanto para mitigar los impactos del cambio climático como para adaptarse a ellos, y garantizar la seguridad alimentaria. El Plan de Acción para África relativo al Cambio Climático, presentado en la Conferencia de las Partes (CP 21), establece un programa de trabajo para ayudar en ambos frentes.
Integración regional: la integración regional sigue siendo un tema de gran interés en la estrategia del Banco para mejorar la conectividad, aprovechar las economías de escala y lograr la acción colectiva de los países para abordar los desafíos comunes. El Grupo Banco Mundial amplía su apoyo a la integración regional (el compromiso actual llega a USD 10 000 millones) sumando otros USD 7000-8000 millones en nuevos compromisos financieros durante el decimoctavo período de reposición de recursos de la Asociación Internacional de Fomento.
Urbanización: la planificación urbana integrada es un aspecto central de la labor del Banco en África. Se abordan esferas como el agua, el saneamiento, el transporte, la vivienda, el empoderamiento y el buen gobierno, que son cruciales para que la urbanización impulse verdaderamente la productividad y el aumento de los ingresos.
Capital humano de alta calidad: en África, todos los años y durante la próxima década, 11 millones de jóvenes ingresarán al mercado laboral. Ellos deben tener las competencias y la formación adecuadas. Sin embargo, todavía existe una falta de correspondencia entre lo que los estudiantes africanos aprenden y las habilidades que precisan los empleadores. Para ayudar a cerrar esta brecha, el Banco Mundial ha puesto en marcha iniciativas destinadas a impulsar el aprendizaje de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (CTIM) en toda la región.
Conocimientos: el conocimiento es esencial para los esfuerzos del Banco por mejorar los resultados de desarrollo y la eficacia de la ayuda. Los informes actualizados sobre la economía de los países, elaborados en consulta con clientes y otras partes interesadas, ayudan a promover debates importantes sobre materias normativas fundamentales. Se llevan a cabo también estudios analíticos sobre la transformación estructural, las vulnerabilidades macroeconómicas, la fragilidad y la pobreza, y el mejoramiento de la gobernanza, y acerca de cuestiones más específicas, como la gestión de tierras áridas, los desafíos de la región del Sahel, el mejoramiento de los resultados de desarrollo en el Cuerno de África, y el aprovechamiento de las oportunidades derivadas de la reforma agraria, la urbanización y los cambios demográficos.
Hasta abril de 2018, el Banco tenía una cartera activa de 605 proyectos en África por un total de USD 68 100 millones. Las principales áreas de atención incluyen: aumento de la productividad agrícola, mayor acceso a energía asequible y confiable, aumento de la resiliencia ante el cambio climático, promoción de la integración regional y fomento del capital humano. Durante este ejercicio, el Banco Mundial también hizo importantes aportes en materia de conocimientos.
Algunos aspectos destacados de los resultados de desarrollo:
Uso de avances tecnológicos para mejorar el acceso a energía limpia y confiable
África va a la zaga de otras regiones en el acceso a energía con una tasa de solo 37 %, lo que representa un obstáculo no sostenible para el crecimiento. El Banco respalda operaciones en África para aumentar el acceso a través de la extensión y la expansión de la red de transmisión, soluciones de electrificación fuera de la red innovadoras, la expansión de la capacidad de generación de energía renovable, el desarrollo de consorcios regionales y el aumento de la eficiencia de los servicios. Además, apoya el desarrollo y la adopción de nuevas tecnologías, como soluciones de almacenamiento de energía solar, medidores inteligentes, pagos móviles de servicios básicos, mapeo e imágenes satelitales, transmisión de corriente continua de alta tensión, y redes pequeñas y sistemas solares domésticos.
El programa de energía renovable del Grupo Banco Mundial Scaling Solar (Más Energía Solar) está produciendo buenos resultados, en particular logrando que los proyectos solares conectados a la red con financiamiento privado funcionen en un plazo de dos años y con tarifas competitivas. En Zambia, con subastas de energía solar se han conseguido algunas de las tarifas más bajas en África. Además, varios otros países de África al sur del Sahara (Etiopía, Madagascar y Senegal) han aplicado documentos y procesos estándares del programa Scaling Solar.
Fomento del empoderamiento económico de las mujeres y las jóvenes
En Zambia, el Programa de Medios de Subsistencia y Empoderamiento de las Mujeres y de Educación de las Niñas se centra en niñas y mujeres en dos fases críticas, apoyando la asistencia a la escuela secundaria de 14 000 niñas adolescentes y el acceso a becas, capacitación y tutoría de 75 000 mujeres en edad laboral para que puedan aumentar la productividad de sus medios de subsistencia. El programa adopta un modelo de protección social que fomenta la inclusión productiva con “más dinero en efectivo” y que vincula al Gobierno y al sector privado con el fin de lograr resultados multidimensionales, como mayores ingresos, avances en educación y salud, fomento de los derechos de la mujer, aumento del registro nacional y de nacimiento, y una mayor inclusión financiera. Este enfoque coordinado respalda el objetivo de Zambia de crear un programa nacional de empoderamiento para ayudar a combatir la pobreza.
Ampliación de las redes de seguridad y protección social
En Sierra Leona, el Proyecto de Redes de Seguridad Social brinda apoyo constante en materia de ingresos a los hogares extremadamente pobres del país. En la actualidad, el proyecto proporciona a más de 30 000 hogares pagos trimestrales y talleres de salud, nutrición y educación financiera básica. Aprovechando tecnologías digitales y la telefonía móvil, el programa recopila datos de calidad en terreno, realiza una selección e inscripción más eficiente, aumenta la inclusión del registro, entrega pagos oportunos con verificación electrónica, registra reclamos y supervisa actividades. El enfoque fue adoptado por el Gobierno y se aplicó en otras intervenciones, por ejemplo durante la crisis del ébola y los últimos deslizamientos de tierra.
Adaptación al cambio climático y desarrollo de resiliencia ante el clima
África es la región que produce menos emisiones de carbono y, sin embargo, es más vulnerable al cambio climático que otras regiones. De los 10 países más afectados por este fenómeno, nueve se encuentran en África. El Plan de Acción para África relativo al Cambio Climático estableció un programa de trabajo para movilizar financiamiento y apoyar así la adaptación al cambio climático. Hasta la fecha, existen 146 proyectos de la Asociación Internacional de Fomento/Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (AIF/BIRF) por un valor total de USD 14 000 millones que contribuyen a la implementación del mencionado plan. En 2017, la Corporación Financiera Internacional (IFC) comprometió USD 1000 millones para 20 proyectos que incluyen un componente relacionado con el clima.
Inversión en la primera infancia
De los 250 millones de niños menores de 5 años que viven en África, un tercio sufre retraso del crecimiento y menos de un cuarto está matriculado en establecimientos de educación preescolar. Las inversiones en la primera infancia son fundamentales para desarrollar el potencial de capital humano de un país e impulsar el crecimiento económico y el desarrollo social. Los niños que están bien alimentados, cuidados y protegidos del estrés tienen ventajas que permanecen durante toda su vida. El Banco Mundial está aplicando un enfoque multisectorial para reducir el retraso del crecimiento, aumentar el acceso a oportunidades de aprendizaje temprano y aprovechar las oportunidades de protección social para llegar a los más vulnerables. En Ruanda, el Banco apoya un enfoque multifacético para abordar la malnutrición crónica mediante intervenciones de salud y nutrición, prácticas de higiene y alimentación infantil de alta calidad, mayor acceso a alimentos a través de transferencias monetarias y apoyo a mejoras en la seguridad alimentaria y la diversificación de la dieta mediante biofortificación, tecnologías que ahorran mano de obra y promoción de alimentos enriquecidos con micronutrientes.
Modernización del transporte público
El Banco Mundial apoya la construcción de un sistema de buses de tránsito rápido completamente segregado de 18,3 kilómetros de largo en la ciudad de Dakar. Se espera que este proyecto piloto por un monto de USD 300 millones, aprobado en 2017 por el Directorio Ejecutivo del Banco, ayude a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 1,5 millones de toneladas de CO2 equivalentes. Además, se podría reproducir y ampliar en otras ciudades africanas. Un sistema de transporte limpio, moderno y asequible es fundamental para conectar a los ciudadanos con las oportunidades de empleo en las pujantes capitales de África.
Aumento de la investigación y la información
Durante este ejercicio, el Banco Mundial contribuyó de manera importante en la generación de conocimientos. La institución acaba de lanzar una nueva plataforma de conocimiento, la Asociación Think África. Este programa de múltiples donantes promoverá la transformación económica apoyando la formulación de políticas basada en el conocimiento. El programa incluye una nueva red de asesores económicos presidenciales y economistas en jefe en toda la región, así como apoyo a la implementación del Pacto con África del Grupo de los Veinte (G-20). También se centra en mejorar el vínculo entre los becarios africanos y los responsables de la elaboración de políticas sobre cuestiones relacionadas directamente con la transformación económica, a fin de impulsar el impacto de las políticas y mejorar la eficacia del financiamiento para el desarrollo.
El Grupo Banco Mundial moviliza alianzas, conocimiento e instrumentos de financiamiento para impulsar sus dos objetivos de poner fin a la pobreza y promover la prosperidad compartida.
Mejorar el acceso a energía sostenible, incluso en zonas rurales, es un objetivo clave de las alianzas con el Organismo Francés de Desarrollo (AFD), el Banco Islámico de Desarrollo (BIsD), el Grupo de Coordinación Árabe de la Asistencia, el Organismo Japonés de Cooperación Internacional (JICA), el Banco Africano de Desarrollo (BAfD), el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la Administración Nacional de Energía de China. La colaboración con el BAfD, el BIsD, el AFD, la Comisión de la Unión Africana (CUA) y el JICA apoya los esfuerzos de los países africanos por aumentar la productividad agrícola y expandir la agroindustria.
Junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el JICA, el Fondo Mundial, el BAfD, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la CUA, el Banco Mundial respalda la cobertura sanitaria universal en África. La colaboración con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Unión Europea (UE) y la CUA sirve de base para los programas del Banco Mundial que implementan un enfoque de desarrollo para el desplazamiento forzado en los Grandes Lagos y el Cuerno de África. El Banco Mundial es, junto con el BAfD y el PNUD, uno de los organismos que colabora en la Alianza para el Sahel, iniciativa puesta en marcha por Francia, Alemania y la UE.
Para brindar un apoyo más profundo y ágil a África, es necesario trabajar con asociados no convencionales del ámbito del desarrollo. La región mantiene una sólida alianza con China en diversos sectores y está analizando la posible colaboración con India en el área de las capacidades y las tecnologías de la información y las telecomunicaciones (TIC).
La región de África aprovecha también la fuerza combinada de todo el Grupo Banco Mundial, trabajando estrechamente con IFC y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) en los sectores de energía, agroindustria, agua, transporte y otras esferas prioritarias.
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